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Redacción de contratos

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Jan 24, 2025

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7 min read

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Redactar un contrato: buenas prácticas para el éxito

Redactar un contrato no tiene por qué ser aburrido. Descubre consejos, trucos y herramientas de IA que hacen que crear acuerdos sólidos y claros sea sorprendentemente satisfactorio.

Redactar un contrato no tiene por qué ser aburrido. Descubre consejos, trucos y herramientas de IA que hacen que crear acuerdos sólidos y claros sea sorprendentemente satisfactorio.

De acuerdo, tienes un acuerdo en el horizonte y es hora de ponerlo en marcha. Pero seamos sinceros: redactar un contrato puede parecer tan emocionante como ver secarse la pintura. Sin embargo, es fundamental para proteger tu negocio y asegurarte de que todo el mundo está de acuerdo. Pero no te preocupes: no se trata solo de un galimatías jurídico. Con el enfoque adecuado, puede convertir esta tarea en un movimiento estratégico inteligente y sorprendentemente satisfactorio. Pongámonos manos a la obra y hagamos que esos contratos trabajen para usted.

Pasos previos a la redacción de un contrato

Antes de meterse de lleno en la redacción de un contrato, hay que dar algunos pasos preliminares cruciales. Estos pasos te prepararán para el éxito y te ayudarán a evitar posibles escollos en el camino. Vamos por partes.

  1. Recopilación de la información necesaria

Lo primero es lo primero: debe saber con quién está tratando. Identifica a todas las partes implicadas en el contrato y recopila sus nombres y direcciones legales completos. Puede parecer una obviedad, pero te sorprendería saber con qué frecuencia se pasa por alto este paso. Sin esta información crucial, te expones a un mundo de complicaciones y problemas legales.

Lo siguiente es hablar con las partes interesadas. No se trata de una mera formalidad: es tu oportunidad de conocer sus expectativas, objetivos y preocupaciones. Comprender sus motivaciones le permitirá adaptar el contrato a sus necesidades e intereses específicos. Se trata de crear una situación en la que todos salgan ganando.

  1. Diligencia debida

Hablemos ahora de la diligencia debida. Piense en ella como su póliza de seguros contra posibles dolores de cabeza. Quieres minimizar los riesgos y evitar sorpresas desagradables, ¿verdad?

Empiece por recopilar todos los documentos necesarios de su contraparte. Esto incluye certificados de registro estatal, números de identificación fiscal y estatutos de la empresa. No tenga reparos en pedirlos: es una práctica habitual y demuestra que va en serio.

Pero no se detenga ahí. Vaya más allá y recopile información de fuentes públicas. Investiga los procedimientos judiciales en curso y verifica la autenticidad de todos los documentos. Puede parecer mucho trabajo, pero merece la pena.

  1. Resumir los puntos clave

Una vez que lo tengas todo claro, es hora de esbozar los puntos clave del contrato. Aquí es donde se definen el alcance y los objetivos del acuerdo. Sé claro, conciso y, por el amor de Dios, evita la jerga jurídica en la medida de lo posible. Recuerde que el objetivo es comunicar con eficacia, no presumir de vocabulario.

Considere la posibilidad de utilizar un enfoque de "producto mínimo viable". Céntrese primero en las operaciones esenciales y luego perfeccione los procesos en función de los datos y la información recibida. De este modo, no se atascará en detalles innecesarios desde el principio.

Por último, no olvides establecer protocolos de propiedad, almacenamiento y acceso a tu contrato. Puede que ahora no parezca importante, pero unas directrices claras sobre quién es el propietario del contrato, dónde se almacena y quién puede acceder a él pueden ahorrarle muchos quebraderos de cabeza en el futuro.

¿Te parece demasiado? Evite confusiones y reúna toda la información clave rápidamente utilizando las plantillas de contratos de Enty. Con el servicio de gestión de contratos, puedes resumir toda la información necesaria y organizarla de forma clara y concisa. Además, podrás crear, editar y ajustar fácilmente tu contrato, asegurándote de que se abordan todos los puntos clave sin enredarte en detalles innecesarios.

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Vale, vamos



Redacción de contratos eficaces: consejos y trucos

Una vez sentadas las bases, es hora de entrar de lleno en el contenido del contrato. Al redactar un contrato, tienes que dejar claro quién participa y qué acordáis. No se trata solo de poner los puntos sobre las íes, sino de sentar las bases para una colaboración fluida y evitar quebraderos de cabeza legales.

Lo primero es lo primero: hay que dar nombres. Pero no cualquier nombre, sino nombres legales. En el caso de los particulares, usa su nombre formal (Christopher, no Chris). Para las empresas, es un poco más complicado. Tienes que utilizar el nombre legal real de la empresa, incluido el tipo de entidad (LLC, Inc., etc.), y mencionar el estado en el que está constituida. ¿Por qué? Porque distintas empresas pueden tener el mismo nombre en distintos estados. Astuto, ¿verdad?

Ah, y un consejo: no caiga en la trampa del DBA. Un nombre "Doing Business As" no es más que un apodo elegante. Utiliza el verdadero cuando escribas sobre el papel.

Especificación de los resultados

Aquí es donde se entra en el meollo de lo que se intercambia. Los entregables contractuales son los resultados finales por los que el cliente paga. Puede tratarse de cualquier cosa, desde un nuevo y reluciente programa informático hasta un exhaustivo informe de pruebas.

Concéntrate en los entregables e hitos más importantes, sobre todo los que conllevan dinero (penalizaciones o incentivos). Y, por el amor de Dios, ¡defina los términos! Usted y su cliente deben ponerse de acuerdo sobre el significado de cada término y los criterios de aceptación.

Recuerda que un contrato bien redactado es la mejor defensa contra malentendidos y disputas. Así que tómate tu tiempo para hacerlo bien. Tu futuro (y tu abogado) te lo agradecerán.

Condiciones de pago

Cuando redactes un contrato, fija los detalles que harán que tus relaciones comerciales sean fluidas y tu cartera esté contenta. Las condiciones de pago deben ser muy claras para evitar cualquier chanchullo del tipo "creía que era gratis". Especifica cuándo hay que pagar, qué formas de pago aceptas y las penalizaciones por demora. Si tienes una tienda online, deja claro si cobras en el momento de la compra o cuando se envía el producto.

En el caso de los servicios de suscripción, desglose los ciclos de facturación. ¿Cobra mensual o anualmente? ¿Hay algún descuento para los suscriptores anuales? Explícalo todo.

Consejo profesional: Si tu negocio es más de facturación, Enty es tu opción. Asegúrate de detallar cuándo se envían las facturas y cuánto tiempo tienen los clientes para pagar. Y no olvides mencionar qué ocurre si alguien es un poco... olvidadizo con sus pagos. Un pequeño aviso sobre suspensiones de servicio o recargos por demora puede hacer maravillas para motivar a los clientes.

Racionalizar la facturación

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Confidencialidad

En el mundo de los negocios, los labios sueltos pueden hundir los barcos. Ahí es donde entran en juego los acuerdos de confidencialidad. Estos "chicos malos", también conocidos como acuerdos de confidencialidad, crean una relación jurídicamente vinculante para mantener la información sensible en secreto.

Cuando redactes un acuerdo de confidencialidad, deja muy claro qué información se considera confidencial. Puede incluir desde especificaciones de productos hasta listas de clientes. Especifique también cuánto tiempo debe permanecer confidencial la información. Recuerda que los acuerdos no sólo sirven para proteger, sino también para generar confianza entre las partes.



Mecanismos de resolución de litigios

En un mundo ideal, las disputas no existen, todas las partes cumplen con sus responsabilidades, entregan los resultados a tiempo y viven felices para siempre. Pero no vivimos en un mundo ideal, ¿verdad? Por eso necesitas un plan sólido de resolución de conflictos. En el contrato debe indicarse cómo se resolverán los posibles problemas. Considera la posibilidad de incluir un enfoque escalonado. Empieza por la negociación, en la que ambas partes intentan arreglar las cosas por su cuenta. Si no funciona, pasa a la mediación con un tercero neutral. Como último recurso, puede incluir opciones de arbitraje o litigio.

Recuerde que el objetivo es resolver los problemas de forma rápida y rentable. Por tanto, piense detenidamente qué métodos funcionarán mejor en su situación concreta.

Cláusulas de rescisión

A veces las cosas no salen bien. Ahí es donde resultan útiles las cláusulas de rescisión. Considéralas la salida de emergencia de tu contrato.

Explica qué constituye un incumplimiento de contrato. ¿Es un impago? ¿No cumplir los plazos de entrega? Sea lo que sea, déjalo claro. Fija un plazo razonable para solucionar el problema: unos 10 días para cuestiones monetarias y 30 para todo lo demás.

No olvides incluir una opción de rescisión "a voluntad". Esto permite a cualquiera de las partes retirarse con elegancia con el debido preaviso. Pero recuerda que no se trata de una carta de libertad: puede haber consecuencias.

Por último, considera la posibilidad de añadir una cláusula sobre lo que ocurre si se produce un cambio en el control de la empresa. No querrás quedarte en la estacada si tu cliente es comprado.

Examen y revisión del contrato

Ya ha redactado su contrato, pero no descorche el champán todavía. En la fase de examen y revisión afinarás tu obra maestra. Si quieres llevar tus contratos al siguiente nivel, establece un procedimiento de revisión sólido. No se trata sólo de poner los puntos sobre las íes: es tu red de seguridad frente a posibles riesgos. Crea un sistema documentado que describa quién hace qué, cuándo y cómo. De este modo, no improvisarás cada vez que tengas un contrato sobre la mesa.

Para empezar, reúne toda la información necesaria. Esto significa tener muy claros los requisitos del cliente mediante el diálogo y la negociación a la antigua usanza. No tengas reparos en pedir aclaraciones: es mejor limar asperezas ahora que encontrarse con sorpresas más adelante.

La revisión de contratos impulsada por IA de Enty hace que este proceso no sólo sea eficiente, sino también agradable. Escanea en busca de posibles problemas, asegurándose de que nada se escape. Con Enty, puedes identificar y abordar fácilmente los riesgos, a la vez que te diviertes con una herramienta que simplifica la compleja jerga legal en algo que realmente puedes entender.



Reflexiones finales

Redactar un contrato no tiene por qué ser desalentador. Al fin y al cabo, un contrato bien redactado es la mejor defensa contra malentendidos y disputas. Siguiendo estos consejos e incorporando herramientas como la revisión de contratos asistida por IA de Enty, puedes agilizar el proceso, mitigar los riesgos e incluso divertirte un poco por el camino. Así que adelante, redacta con confianza con Enty y prepara el terreno para colaboraciones de éxito.

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